de piel gris a mi medida,
bien tejido,
con el que mi espíritu presume
de su sería sombra.
No es agradable ver la aguja del lamento
zurcir el desgarro que cruza mi carne,
con punzadas de tristeza
sin saber ser
la tapia o el muro que pare
el grito que promete el acero
acogiendo su eco sin voz,
en el atril de mi delirio.
El recuerdo no tiene todavía brillo
viene y me desgasta
como ese cristal opaco
bajo el sol de las horas
que deslumbran sin cesar
esperando la mancha exacta
que la lengua busca
en el eco de una voz
que repta hacia mí.
Trato de asirlo solo
con el reverso de la mano,
y siento la cicatriz
abrirse en el alma
para sangrar toda la burla
ante la certera realidad.
Es una forma fiel,
pidiéndome oscuridad,
tratando de habitar
los espesos grises
que se anudan clandestinos en mí pensar.
Pero estoy aquí,
deslumbrando como esa estrella
en el firmamento de la dulzura,
pequeña, brillando demasiado
entre la soledad,
cuál zumbido pétreo
de una lámpara que no se apaga,
cuál abeja clavada
al mapa de mi pecho.
Me tengo a mi mismo,
me recuerdo en el espejo
de la melancolía que me viste
sabiendo que la ternura
es ese horizonte prioritario
que sin demora
aún cabe en mí.
Gua, hoy tu poema va acompañado de un temazo , que le viene como anillo al dedo. Son notas de melancolía , recubiertas de verdades .
ResponderEliminarUn abrazo, y a seguir componiendo bellos y sentidos poemas.
Gracias de corazón por tus palabras.
EliminarMe alegra que la música y el poema se hayan encontrado en el mismo sentimiento. La melancolía, cuando se dice con verdad, también puede ser una forma de belleza.
Un abrazo grande Para ti Campi, y gracias por acompañar siempre mis versos con tu lectura.
Eso es lo importante querido amigo Agapxis, tenerte a ti mismo, aunque la melancolía se haya vestido en tu piel, hay que seguir caminando, y ¿por qué no? desahogarse entre versos, una delicia volver a leerte.
ResponderEliminarQue tengas una feliz semana.
Besos.
Gracias por tus palabras María, que llegan como un abrazo que abriga.
EliminarA veces la melancolía no es enemiga, solo una vieja compañera que nos recuerda que seguimos sintiendo.
Y sí, los versos son ese refugio y desahogo, un modo de seguir caminando sin perderse del todo.
Feliz semana para ti también, y que nunca falte poesía en todos y cada uno de los días.
Besos.
A veces sentimos luchas internas, en que se enfrentan la sombra y la luz, lo nocivo y lo positivo... Y acumulamos una necesaria melancolía de lo que perdemos en este camino de crecimiento, especialmente cuando lo que queda atrás son personas amadas. La dulzura está ahí, para ser sentida y vivida, la reservamos cuál agua que nos hidrata la esperanza y el alma. Excelentes versos amigo, como siempre sueles hacerlo, calas en lo más íntimo de nuestras emociones y sentimientos. Un gusto leerte otra vez, te mando un gran abrazo.
ResponderEliminarP A T Y
Gracias por tus palabras tan hondas y generosas Paty. Me alegra saber que mis versos resonaron contigo. Es cierto, el crecimiento siempre deja ecos y nostalgias, pero también abre espacios nuevos para la ternura y la luz.
EliminarUn abrazo grande, y gracias siempre por acompañar este viaje poético
Bendita sea la Señora Ternura
ResponderEliminarPaz
Isaac
Hola Isaac Bienvenido a este rinconcito de poesía, un abrazo y gracia por estar aquí.
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