oblicua del verbo
consigue afligirnos,
es detestable la perfección
en el negro del cuervo,
observame y elígeme palacio,
habítame colibrí
arlequín del viento,
saciame de la tendencia que no comprendo
sacame la palabra
de mi fatiga,
a jirones de este tímido cuerpo.
No hay olimpo con cenizas
que vulgo fuego queme de lamento.
Invoco racimos de porfía
en templos de contemplación,
ya no es mía
está manía
de extraviar palabras
en los abismos
que crujían de dolor,
como efímeras aves
que se pierden en su voz
y se quedaron rotas de albedrío
en mi universo anterior.
Tristeza, empapada de silencios, no tanto por quién o qué la produce, sino por todo aquello que pareciera que nos quita... sin embargo, todo está allí, solo que temporalmente apelmazado de impacto, de incomprensión, de decepción. Pasa el tiempo, una vez que ya se ha balanceado lo suficiente en la experiencia de vivido y nuestra esencia engastada de sabiduría, vuelve a brillar. Emocionante poema amigo, de una inmensa profundidad... Te felicito y te mando un gran abrazo.
Hola, bienvenido a mi mundo donde la poesía es creatividad, expresión e imaginación. Si me lees, déjate llevar y comenta lo que setistes... con toda la imaginación que pueda tu expresión. Gracias por tu comentario.
Tristeza, empapada de silencios, no tanto por quién o qué la produce, sino por todo aquello que pareciera que nos quita... sin embargo, todo está allí, solo que temporalmente apelmazado de impacto, de incomprensión, de decepción. Pasa el tiempo, una vez que ya se ha balanceado lo suficiente en la experiencia de vivido y nuestra esencia engastada de sabiduría, vuelve a brillar. Emocionante poema amigo, de una inmensa profundidad... Te felicito y te mando un gran abrazo.
ResponderEliminarP A T Y